Cuando hemos sufrido una ofensa, aunque la hayamos soportado en silencio ¿verdad que se arman en nuestro interior pensamientos y palabras que respondan "como se debe"? Ahí toca recordar que el mal se vence con el bien, y desarmarnos. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Es difícil bajar la guardia, abrir el corazón y permitir que los demás nos vean como realmente somos: con miedos, defectos, con humanidad.Desarmarse significa elegir la paz antes que la razón. Es comprender que no toda discusión necesita un ganador, que el silencio a veces habla más fuerte que una respuesta cortante.
Es darse cuenta de que la vida no es un campo de batalla, sino un espacio de encuentro.
Cuando nos desarmamos, abrimos espacio para el diálogo, para el perdón y para el afecto.
Cambiamos el escudo por la escucha, la espada por la empatía.
Y descubrimos que la verdadera fuerza no reside en derrotar al otro, sino en comprenderlo y abrazarlo.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento