Es un anuncio que tiene que resonar primero en nuestro corazón, y eso exige el ejercicio constante de la fe (Dios me ama, me sostiene, me perdona...). Entonces podremos manifestarlo a los demás espontáneamente: Dios te ama, Dios nos ama... (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Desde entonces, Chiara no dejó de proclamar el inmenso amor de Dios por todos. "¡Dios me ama inmensamente! ¡Dios nos ama inmensamente!".
Ella lo proclamó, sobre todo, con su vida, hasta el final.
Anunciar el amor de Dios es vivir de tal manera que, al encontrarnos, las personas sientan algo diferente: una paz, una ternura, una presencia que no es solo nuestra. Es Dios mismo que pasa a través de nosotros y llega a todos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento