Si cuidamos nuestra vida interior, donde Dios habita, Él, que "hace nuevas todas las cosas", nos renueva cada día y nos ayuda a ser flexibles, no aferrados a modos y maneras de ser y de pensar que no son esenciales. Solo el amor es esencial. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
“Ahora todo lo hago nuevo.” (Ap. 21,5)A menudo, lo nuevo causa temor; es lo desconocido, lo que aún no dominamos. Sin embargo, es precisamente en lo nuevo donde se esconden las mayores oportunidades de crecimiento.
No temer a lo nuevo significa abrirse a aprender, experimentar y evolucionar. Es comprender que lo desconocido no es un enemigo, sino una invitación. Cada cambio trae consigo la oportunidad de descubrir nuevas versiones de nosotros mismos.
Sobre todo, no debemos temer a las novedades de Dios. Él actúa de maneras que a menudo no comprendemos de inmediato. Sus novedades no siempre vienen acompañadas de consuelo, pero siempre traen un buen propósito. Cuando nos guía por caminos diferentes, es señal de que quiere hacer algo nuevo en nuestras vidas.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento