De hoy y de siempre. Porque creemos que "el amor viene de Dios", no nos admira que un pequeño servicio, una palabra amable, el profundo silencio de una escucha... pueda tocar tanto el corazón, curar heridas, liberar, animar, iluminar... (Padre Manolo Morales o.s.a.).
El amor al prójimo es un remedio poderoso y, al mismo tiempo, el más olvidado. No se compra, no tiene contraindicaciones y se puede administrar en cualquier dosis, todos los días.Amar al prójimo no es solo sentir afecto, es actuar con empatía, escuchar atentamente, ofrecer ayuda; es ver en el otro la misma humanidad que habita en mí. Cuando extiendo mi mano, no solo le ofrezco alivio, sino también sanación para él y para mí.
El amor es el único remedio que sana las heridas invisibles, restaura la fe en la vida y nos acerca a lo más divino que hay en nosotros.
Hoy, más que nunca, vale la pena recordar: el amor al prójimo es el remedio que el mundo necesita, y la dosis terapéutica puede ser administrada por todos nosotros, en el momento presente y dondequiera que estemos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento