"Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía". Lo dice precisamente uno que estaba en la cárcel esperando su condena. ¿Nos parece muy pequeño el bien que hacemos frente al Mal que se sufre? No estamos sembrando árboles sino semillas. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
A veces encontramos resistencia al bien cuando tratamos de sembrarlo. Podemos ser juzgados e incluso ser combatidos.
Lo mismo sucedió con Jesús y sus primeros seguidores, que pagaron con sus vidas el precio de ser difusores del bien.
Gracias a ellos recibimos esta herencia y todos los frutos del bien que desbordan de nuestros corazones.
Siempre vale la pena sembrar el bien allí donde estamos. Es una siembra que trae buenos frutos para nosotros y para todos.
El bien vence al mal, el amor vence al odio.
Para sembrar el bien es necesario tener valentía, pero la cosecha es de paz, serenidad, amor fraterno y muchas alegrías.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento