Paciencia y tiempo. Hasta descubrir y aceptar que ni sentimos ni expresamos ese amor de la misma manera. Por eso, humildes, discretos, respetuosos, nos corresponde amar sin pretensiones. Son "los tiempos" del amor verdadero. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
La tolerancia y la paciencia son los pilares del amor recíproco; la comprensión y la misericordia son sus formas de actuar.
El amor recíproco es como un árbol cuidado por dos jardineros. Cuando uno riega, el otro fertiliza; cuando uno poda, el otro limpia el terreno debajo del árbol. Y los dos juntos recogen los frutos que sirven al bien común.
Para que una semilla se convierta en planta, para que una planta se vuelva árbol y este árbol dé frutos, se requiere paciencia. Así también es el amor mutuo.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento