¿No es hermoso contemplar cómo los padres convierten en fuerza y audacia la debilidad de sus pequeños? Esa es la fuerza de los hijos de Dios, que, en vez de "enfadarse" con su debilidad, han aprendido a transformarla en su propia fortaleza. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Dios es nuestra fuerza, nuestra tabla de salvación. Creer solo en nuestras capacidades puede llevarnos al fracaso y a la desilusión.
Sólo superamos la inseguridad del futuro con la seguridad del amor en el momento presente. La fuerza del amor de Dios se revela en el momento presente de la vida, desde y cuando hagamos nuestra parte.
Dios ve nuestro corazón, nuestra disposición de amar y nuestra voluntad de servir, y nos da la fuerza suficiente para hacer el bien.
Su poder es el amor que está contenido en cada momento único e irrepetible de la vida. Las emociones pueden repetirse, pero no el momento que pasa. Por lo tanto, amemos y digamos con convicción: Dios nos da la fuerza.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento