Si he recibido el don de la fe, ¿será para "guardármelo" solo en provecho propio? ¿No necesita nuestro mundo que se le hable de Dios? Creyentes o no, con humildad y coherencia de vida, somos todos responsables de la Bondad y la Verdad. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Al leer esta frase, la propuesta parece difícil, porque cuando hablamos de testimoniar, pensamos en convencer y hacer proselitismo. Pero esto no es testimoniar a Dios.
Dar testimonio de Dios es vivir según su pensamiento, cumpliendo su voluntad. Sólo después pueden llegar las palabras que completan el testimonio.
Actuar con justicia, misericordia y compasión. Así es como damos testimonio de Dios al mundo.
Por un lado tenemos la oveja extraviada, la moneda de plata perdida y el hijo pródigo. Del otro lado tenemos al pastor entregado que busca su oveja, la mujer celosa que busca la moneda de plata y al padre amoroso que acoge al hijo descarriado. (Cf. Lc. 15,4-32)
Vivamos estas tres parábolas y seremos testimonio de Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento