Si, por gracia del cielo, un día descubrimos que ese "querer" de Dios es, en el fondo, la felicidad y el sentido de la vida que todos buscamos, nos quemará entonces el deseo de "decírselo" al mundo entero, empezando por quien tenemos cerca. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Quien desea cumplir la voluntad de Dios debe entender que no siempre ella coincide con la nuestra, sino que puede manifestarse de forma imprevista como algo que cambia totalmente nuestros planes.
Debemos ser disciplinados para cumplir bien con nuestras obligaciones, sin embargo, no debemos caer en el error de ser irreducibles.
Un cambio de programa puede hacer mucho bien y servir de estímulo para la creatividad.
Lo que no puede faltar en todo lo que hacemos es amor. Horario, plazo, duración, todo eso es ajustable.
El amor nos lleva a ser maleables, tolerantes, pacientes. Y nos da una gran capacidad de adaptación a los cambios e imprevistos.
Hoy, estemos abiertos a la voluntad de Dios circunstancial, que se manifiesta nueva en el momento presente.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento