¡"Padre, manda tu luz desde el cielo"! Es la súplica que muchos hoy dirigimos a Dios, para que esa luz nos penetre y convierta en sus destellos. ¿Cómo? Siendo amor concreto en cada momento del día (una palabra, un servicio, una sonrisa, una oración...). Ser hijos de Dios es ser hijos de la Luz. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El que no ama, no aprende a usarlos bien, permanece en la superficialidad de las cosas. Lo ilusorio es su realidad y la vida real es su ilusión.
El que ama se deja inundar por la sabiduría que lo lleva más allá de lo incomprensible y lo hace penetrar lo insondable, porque Dios con su luz se revela ante todo a su corazón.
Sólo el Amor es capaz de hacernos profundizar el significado de la vida, porque el amor es Luz y Salvación.
El que ama permanece en la luz y nunca se pierde en el camino.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento