No es suficiente comprender el significado de la palabra para ser benévolo. Es necesario penetrar en lo más profundo de nuestro ser y descubrir nuestra semejanza con Dios, que es bondad infinita.
A partir de este descubrimiento podemos ser cada día mejores personas, que traten de vivir el amor por todos.
No es suficiente evitar ser prejuiciosos o excesivamente punitivos, concediendo al otro un perdón tolerante. Debemos superar la barrera de la tolerancia y amar al otro, dispuestos a dar la vida por él.
No somos dignos del amor de Jesús, pero Él dio su vida por nosotros, para quitar el pecado de nuestro corazón y unirnos al Padre y entre nosotros. Con eso, Él alcanzó la cima de la benevolencia. Y nosotros podemos imitarlo.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento