Es un ejercicio fecundo que llena de satisfacción y alegría, y atrae la Luz y la sonrisa de Dios. La discordia es estéril y venenosa y solo produce tristeza. ¡No perdamos el tiempo! Empleémonos en algo que perdura, que construye, que hace felices a los demás. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Esta actitud generosa de donarse, es la chispa que desencadena el fuego del amor en nuestro corazón y se esparce en los corazones de las personas que nos rodean, generando armonía en la concordia.
La concordia se logra con la práctica de la tolerancia y con la aceptación de las diferencias fruto de la vivencia del Amor recíproco.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento