Cuándo alguien se solidariza y busca estar cerca, incluso sin tener una solución inmediata a la situación, trae consuelo y aliento a la persona.
Una vez una amiga fue víctima de una acusación falsa que la dejó muy conmocionada. Al enterarme del hecho, la llamé para solidarizarme y decirle que creía en su inocencia. Ella se conmovió y gano nuevo coraje para enfrentar la situación.
Todos podemos sufrir injusticias. Por eso, cuando veamos a alguien en esa situación, hagamos a él lo que nos gustaría que hicieran por nosotros.
La presencia de un amigo en los momentos de aflicción nos consuela y aumenta nuestra fe en Aquel que es amor y justicia.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento