Esa es nuestra más profunda vocación, una llamada que resuena en la conciencia, libera de intereses y ambiciones egoístas, y viene directamente de Dios: trabajar siempre desde el corazón, donde estamos y como estamos. Que solo ese amor sin fronteras es luz en el corazón del mundo. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Dejar de lado las críticas y pasar a las propuestas, dejar de lado los lamentos y empezar a cambiar lo que está mi alcance, dejar de lado la comodidad y tener una vida de iniciativas, dejar de lado el miedo y creer que el mundo puede ser mejor si primero cambio yo.
Confiar que cuando hago el bien nunca estoy solo, porque Dios está a mi lado y quiere actuar a través de mi.
Puedo hacer mi contribución junto con todos y para todos.
De esta manera estaré actuando como responsable por el bien común y veré sus frutos a mi alrededor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento