Cuando en familia o en comunidad nos toca asumir responsabilidades ¡qué peligrosos son los personalismos, querer decidirlo todo sin contar con los demás! Esa unidad absorbente que anula a los demás, Dios no la bendice. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cuanto mayor es la confianza, mayor es el sentimiento fraterno que nos une, y viceversa.
Generalmente, nuestros hermanos y hermanas son las personas en las que más confiamos. Así, cuando nos convertimos en hermanos por la fe, la confianza se vuelve natural, aunque no seamos de la misma familia. Y a veces incluso más que con los familiares, ya que encontramos personas a quienes podemos confiar nuestras dificultades.
La confianza que hace crecer la fraternidad es fruto del amor recíproco, es fruto de vivir el mandamiento nuevo: "Ámense los unos a los otros como yo los he amado".
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento