La obra maravillosa de Dios tiene su "partitura" escrita en el cielo. Pero solo la "interpretamos" bien cuando Él nos dirige. Por eso pedimos hacer su voluntad "en la tierra como en el cielo"; todo lo demás es "desafinar". (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Esta fue la experiencia de los discípulos de Emaús, cuando Jesús resucitado se les apareció en el camino a la ciudad de Emaús.
Había alegría, ardor y armonía entre ellos, hasta el punto que desearon que Jesús ya no se fuera, sino que se quedara con ellos.
Esta armonía, sólo la podemos crear plenamente cuando experimentamos el amor mutuo de tal manera que permita esta presencia real de Jesús en medio nuestro.
Cuando Él está entre nosotros, todo lo que nos rodea se transforma en armonía y paz; en plenitud de vida y verdaderas alegrías.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento