Se dice con razón que "la rutina es el óxido del amor". La vida se vuelve rutinaria apenas el amor se duerme. El amor debe "hacer nuevas todas las cosas"; es el tesoro que "ni la polilla y ni la carcoma pueden roer". (Padre Manolo Morales o.s.a.)
En el Movimiento de los Focolares, para evangelizar a los niños, les enseñamos a hacer gestos concretos de amor al hermano y a entregárselos a Jesús como regalo. Los llaman "paquetitos para Jesús". Al final del día, cada uno cuenta cuántos "paquetitos" logró enviar a Jesús.
Seamos niños como enseña el Evangelio y hagamos la vida más sencilla: pongamos amor en todo lo que hacemos, realizando verdaderos actos de amor dirigidos a la persona de Jesús, que se presenta en cada persona a la que servimos.
En casa, en el trabajo, en la calle, donde sea, podemos hacer muchos gestos de amor y entregárselos a Jesús en “paquetitos de regalo”.
Ésta es nuestra garantía para entrar al Reino de los Cielos: tener la pureza de los niños. Y también la garantía para que el Reino de los Cielos entre en nuestros corazones.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento