Un amor perezoso, como de mala gana, no satisface nuestro corazón y humilla a quien servimos. Lo que tardamos en desperezar el amor es tiempo que perdemos y alegría que substraemos a quienes nos rodean. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
No podemos perder el tiempo planificando un amor que nunca sucede, y llegar al final de la vida con el arrepentimiento de no haber amado lo suficiente para alcanzar la felicidad eterna.
Debemos amar con prontitud, de inmediato, sirviendo a quien está a nuestro lado en el momento presente.
Amar siempre, porque el amor se concretiza en pequeños gestos que son fragmentos de eternidad.
Amar de inmediato, con prontitud, porque nuestra eternidad comienza ahora, en el momento presente de la vida.
Amar con alegría, porque nuestra voluntad de servir es lo que realmente nos hace felices.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento