Tiene un peso distinto nuestra vida exterior (palabras, gestos, actividad...) cuando vamos conectados con lo interior: la Voz de Dios que, dando valor a todo, infunde en nuestro corazón, con el amor, la plenitud y la paz. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Vivir la Palabra confirma nuestra fe, ya que nos revela a Dios de una manera tan evidente que ya no necesitamos señales extraordinarias para creer.
Cuando vivimos la Palabra descubrimos la presencia de Dios en ella, recibimos su perdón, su asistencia en todo momento y su luz que guía nuestros pasos.
Cuando vivimos la Palabra nos transformamos poco a poco en "otro Jesús", Verbo de Dios hecho hombre. Es Él quien vive en nosotros. (Cf. Gál 2,20)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento