Por nuestra propia felicidad, Dios nos llamó a la plenitud, a amar por entero, con voluntad: "con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente"; con las fuerzas que tenemos, eso sí, no con las que no tenemos. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Podemos centrarnos en lo esencial y hacer todo con dedicación.
Para actuar así hay que tener motivación. Y nuestra mejor motivación es cumplir, por amor, la voluntad de Dios: estudiar, trabajar, descansar, cuidar de alguien, tener tiempo para escuchar.
Una vez un joven le preguntó a Chiara Lubich: "Tenemos muchas cosas que hacer durante el día. ¿Cómo podemos hacerlas con perfección?".
Chiara respondió: "Hacer una cosa a la vez, por amor de Dios".
Concluimos que en el momento presente esta nuestra única oportunidad para hacer la voluntad de Dios con dedicación, apasionados por cada tarea que nos es confiada.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento