Curiosamente, en medio del ruido y la gente, debe ser una de nuestras mayores pobrezas, la soledad. Nos toca, pues, como hijos de la luz, ser ángeles que luchen contra el individualismo y pongan corazón en tantas soledades. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cuanto más vivimos el amor, más adquirimos la naturaleza divina que, superando la naturaleza humana, nos libera de muchos males.
Consolar a alguien en su dolor, en su soledad, en la angustia, es la más pura fraternidad. Es el valor de la vida que Jesús nos dejó con su nuevo mandamiento: el amor mutuo.
"Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros como yo los he amado". (Jn 15,12)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento