Convirtiéndolo en amor, que así no se pierde. ¡Cuántas criaturas, sobre todo niños, carentes de todo, muestran la alegría y la felicidad, solo porque les ha hecho ricos "el tiempo" del misionero, la misionera! Tiempo de oro. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El tiempo es lo único que todos tienen y pueden dar.
Tiempo disponible es una cuestión de prioridades, según una escala que nosotros mismos creamos o que el mundo nos ofrece como estereotipo.
El tiempo mejor empleado es el que usamos para amar al prójimo, ya que este es el segundo mayor mandamiento de la ley de Dios y semejante al primero, amar a Dios sobre todas las cosas.
Quizás deberíamos recordar más estos dos mandamientos y dedicar un poco más de tiempo a practicarlos.
Dar nuestro tiempo para causas humanitarias y ecológicas, pero también para hacer mejor nuestro trabajo, vivir nuestro papel como ciudadanos o en la familia, en la comunidad.
Dar nuestro tiempo a Dios en los hermanos, confirmando la intención de cada gesto en este sentido. Veremos que tenemos tiempo de sobra.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento