Si nos esforzamos por mejorar todos los días, también podemos ser constructores de paz... Por eso me gustaría aconsejar, primero que nada a mí y luego a todos ustedes, algo que nos ayude en las próximas semanas a tener un extra, a añadir algo a lo que ya estábamos haciendo, a estar más vigilantes que antes, a crecer y crecer continuamente , para que no ir a menos (sabemos que, si no avanzamos, vamos hacia atrás): algo que nos haga mejorar cada día en vivir nuestro ideal. Esto podría consistir en decirnos a nosotros mismos antes de cada acción que tomemos: "Hoy, mejor que ayer".
Chiara Lubich:
Mejorar yo por dentro, para mejorar este mundo. Rezarle a Dios con coherencia que "venga a nosotros su reino", exige examinar si Él está "reinando" dentro de mí, o mis antojos y secretas rebeldías lo tienen destronado. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Intentemos ver en esta frase no sólo un ascenso hacia el éxito desde el punto de vista material, sino sobre todo un progreso espiritual.
Mejorar en hacer el bien, en ser cada día una mejor persona.
La educación, la instrucción, el conocimiento son signos de progreso que podemos alcanzar a través del esfuerzo y del mérito propio. Sin embargo, hay un progreso en el que, además del esfuerzo personal, hay también una gracia que viene de lo alto. Es el progreso del amor.
El amor puro viene de Dios y al practicarlo, resaltamos en nosotros mismos nuestra semejanza con Él.
Este es el mayor progreso que podemos esperar: nuestra semejanza con Dios, en el amor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento