Por muy débiles que nos sintamos, física, moral, espiritualmente... un gesto sencillo de amor concreto será siempre el resorte espiritual que nos saque del desaliento, nos devuelva la luz y ponga en pie nuestra fortaleza. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
La locomotora tiene la fuerza suficiente para arrastrar tras sí un convoy de vagones, muchas veces con cargas muy pesadas.
Aplicándolo a nuestra vida, en la que debemos tener la iniciativa de amar primero, asumimos el papel de locomotoras. Con la fuerza del amor concreto arrastramos detrás de nosotros a muchas personas que, con nuestro ejemplo, comienzan a amar y a convertirse ellos también en locomotoras del amor.
El amor es la fuerza motriz, es el combustible que nos impulsa juntos hacia adelante.
Intentemos ser todos locomotoras, haciendo del amor concreto nuestra fuerza.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento