Es durísima la palabra de Dios contra los fariseos mandones que "cargan fardos pesados e insoportables a la gente". No. El mundo necesita personas humildes, a su estilo: "El primero entre vosotros sea vuestro servidor". (Padre Manolo Morales o.s.a.)
No podemos recordar la Palabra de Dios sólo en algunos momentos de nuestra vida, como por ejemplo cuando vamos a la Iglesia. La Palabra debe hacerse vida en nuestra vida, en todas las expresiones de nuestra vida cotidiana, en la familia, en el trabajo, en la escuela, con los amigos, en todas partes, en todas las situaciones.
Evangelizar no es solo enseñar la Palabra, sino sobre todo testimoniarla transformándola en vida.
Vivir el amor genuino hacia los hermanos, saber perdonar, acoger a todos sin distinción, en definitiva, vivir el amor en su totalidad.
Cuando pongo en práctica aunque sea una sola frase del Evangelio, como por ejemplo "Perdona setenta veces siete", vivo todo el Evangelio y doy testimonio.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento