"Amaos como Yo os he amado": Es la ley que nos ha dado el Creador para que transformemos este mundo. ¡Contracorriente, claro! Porque otra ley perversa pretenderá siempre que vivamos enfrentados. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Una de las cosas que fortalece las relaciones es la confianza recíproca. Sin embargo, no nos ganamos la confianza de un amigo cuando le agradamos en todo.
La confianza en una amistad se consolida a través de gestos concretos y gratuitos.
La motivación de una verdadera amistad está en Dios. Debemos amar a los amigos porque queremos amar a Dios; es decir, amar y servir a los amigos porque sabemos que esa es la voluntad de Dios. De esta manera, nuestros amigos se sienten mucho más amados y valorados porque se dan cuenta de que nuestro amor es genuino.
Amemos a nuestros amigos para agradar primero a Dios. Descubriremos que así agradaremos a ambos.
La confianza y la fidelidad entre verdaderos amigos deben estar por encima de los afectos.
Un amigo ama en todo momento y está presente en los momentos de adversidad. (Cf. Pr 17,17)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento