Compadeciendo, "padeciendo con" las personas que tenemos cerca, estaremos desde aquí contribuyendo a esa "reserva de compasión" que necesita este mundo, donde el poder del mal es "una fuente continua de sufrimiento". (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Jesús tuvo profunda compasión por todos: los enfermos, los ciegos, los cojos, las viudas, los pecadores. Finalmente, Él mostró la infinita compasión de Dios por nosotros cuando se encarnó y se hizo uno de nosotros para rescatarnos.
Él tuvo compasión de las multitudes hambrientas y las alimentó. (Cf. Mc 8,1-10)
Podemos desarrollar esta misma compasión en nuestros corazones y salir al mundo difundiendo amor y viendo a todos con los ojos de Jesús.
La compasión implica una profunda empatía, donde nos ponemos en el lugar del otro y tratamos de sentir lo que siente.
Mirar con compasión es practicar la cercanía con las personas, creando un ambiente de apoyo y cuidado mutuo.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento