Siendo como somos, "naturaleza herida inclinada al mal", no deberá sorprenderme que intenciones, palabras y obras no me salgan siempre del todo limpias. Necesito, sí, trabajar en el corazón, que de ahí viene la contaminación. Y la limpieza. (P.M.).
Juntos podemos construir un futuro donde el bien prevalezca.
Siempre debemos tomarnos tiempo para reflexionar sobre nuestras acciones y nuestras intenciones. La ética debe guiar nuestro razonamiento en todas las relaciones humanas y en nuestras decisiones.
Es muy saludable juntarnos con personas que promueven el bien, para ser un incentivo recíproco en su práctica.
Podemos utilizar una comunicación asertiva y no violenta para resolver los conflictos que son inevitables y con los cuales nos enfrentamos en el día a día.
Por último, podemos practicar el bien constantemente, a través de pequeñas acciones, que tengan un impacto positivo en nuestra vida y, en consecuencia, en el ambiente que nos rodea.
Evitar el mal no significa tanto combatir el mal sino cultivar el bien en nuestro corazón.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento