Incluso con la fe en un mismo Padre, nos hacemos daño hablando sin amor unos de otros. La fraternidad que decimos profesar se vive así reducida y empobrecida. ¿No quiere Dios de sus hijos un "corazón ensanchado"? (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Ser testigo de la fraternidad implica demostración de amor, de respeto, de comprensión y de aceptación de las diferencias entre las personas de un determinado grupo.
El amor nos permite vivir la fraternidad y, en consecuencia, testimoniarla.
En sentido general, cuando vemos a dos amigos o amigas que se quieren, decimos que son como hermanos o hermanas.
Entonces, ¿qué característica hay para que definamos una relación fraterna?
Hay varias señales que testimonian la fraternidad entre las personas: la tolerancia, la aceptación, el respeto, el diálogo abierto, la comunión y todo ello, con el sello de la unidad.
Entre personas que se tratan como hermanos no hay conflictos que separen ni prejuicios que humillen y desprecien; Sólo hay el amor incondicional, la búsqueda de la igualdad, el perdón mutuo, el crecimiento conjunto.
La fraternidad es sinónimo de amor recíproco vivido en plenitud.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento