De ahí la profunda satisfacción que probamos, aun siendo niños, cuando, en vez de tener y retener, damos, aunque sea poco. Esa generosidad del amor es nuestra dignidad y nuestra grandeza, que nos asemeja al Creador. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Amar es dar, sin medidas ni expectativas. Es ofrecer lo mejor que tenemos, sin esperar nada a cambio.
Cuando amamos, compartimos nuestro tiempo, nuestra atención, nuestro cariño y nuestra comprensión. Dar es abrir el corazón y dejar fluir la generosidad, brindando consuelo y alegría al otro.
Amar es percibir las necesidades de quien está a nuestro alrededor y actuar para satisfacerlas, ya sea con un abrazo reconfortante, una palabra de aliento o una simple escucha atenta. Es estar presente en los momentos buenos y malos, celebrando las victorias y ofreciendo apoyo en las dificultades.
Dar en el amor significa también respetar la individualidad del otro, comprender y aceptar sus diferencias.
En esencia, el amor es un acto de entrega continua, un compromiso de ofrecer lo mejor de nosotros mismos para hacer la vida de la otra persona más plena y feliz.
¡Amar es dar la propia vida!
Abrazos,
Nacimiento de Apolonio Carvalho