La escucha y la práctica es un tema fundamental sobre el que insiste el autor de este versículo. Continúa: «En cambio, el que considera atentamente la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo sino como cumplidor de ella, ese, practicándola, será feliz» (Sant 1, 25). Este empeño por conocer sus palabras y vivirlas es lo que nos hace libres y nos da alegría.
Esta cita bíblica indica el motivo para la práctica de la Palabra de vida, difundido en todo el mundo. Una vez a la semana, y luego una vez al mes, Chiara Lubich elegía una frase de la Escritura y la comentaba. Nos reuníamos, compartíamos los frutos contando las experiencias de vida, y se iba creando una comunidad unida que mostraba en germen las consecuencias sociales que obraba.
«No obstante su sencillez, la iniciativa de la fundadora del Movimiento de los Focolares contribuyó notablemente a redescubrir la Palabra de Dios en el mundo cristiano del siglo XX»[1] , transmitiendo un método para vivir el Evangelio y poner en común sus efectos.
«Poner por obra la Palabra y no os contentéis solo con oírla, engañándoos a vosotros mismos»
Santiago retoma lo que Jesús había anunciado para que vivamos y experimentemos el reino de los cielos entre nosotros: declara bienaventurado a quien escucha su Palabra y la observa (cf. Lc 11, 28); reconoce como su madre y sus hermanos a quienes la escuchan y la ponen en práctica (cf. Lc 8, 21); la compara a la semilla que, si cae en un terreno bueno, es decir, en quienes la escuchan con corazón íntegro y bueno y la guardan, estos producen frutos con su perseverancia (Lc 8, 15).
«En cada Palabra suya Jesús expresa todo su amor por nosotros - escribe Chiara Lubich-. Encarnémosla, la hagámosla nuestra, experimentemos su gran potencia… en nosotros y alrededor de nosotros. Enamorémonos del Evangelio hasta dejarnos transformar en él y derramarlo sobre los demás. […] Seremos libres de nosotros mismos, de nuestros límites, de nuestras esclavitudes; y además veremos estallar la revolución de amor que Jesús, libre para vivir en nosotros, provocará en el tejido social en el que estamos inmersos».[2]
«Poned por obra la Palabra y no os contentéis solo con oírla, engañándoos a vosotros mismos»
¿Cómo vivir la palabra? Miremos a nuestro alrededor y pongámonos al servicio de quienes lo necesitan, con pequeños o grandes gestos de cuidado mutuo, transformando las estructuras injustas de la sociedad, oponiéndonos a la violencia, con gesto de paz y de reconciliación; con más sensibilidad y acciones a favor de nuestro planeta. El amor se manifiesta en las acciones sociales y políticas que procuran construir un mundo mejor. Del compromiso de una pequeña comunidad de los Focolares con las personas más frágiles, nace en Perú un centro para ancianos en Lámud, una ciudad de la Amazonía peruana.
«El Centro se inauguró en la pandemia; alberga a 50 personas ancianas y solas. La casa, los adornos, la vajilla y los alimentos los regalos de la comunidad vecina. Hubo dificultades y trabas, pero en marzo de 2022 el Centro celebró su primer aniversario abriéndose a la ciudad con una fiesta con las autoridades políticas. A la celebración se añadieron nuevos voluntarios, adultos y niños, que quieren cuidar de los mayores solo y ampliar así su familia»[3].
Patricia Mazzola y el equipo de la Palabra de vida
[1] C. LUBICH, Palabras de vida/1 (1943-1990) (ed. F. Ciardi), Ciudad Nueva, Madrid 2020, p. 5, Introducción.
[2] EAD., «Palabra de vida», septiembre de 2006: Ciudad Nueva n. 434 (8-9/2006), p. 23.
[3] Bilancio di Comunione 2022. Movimento dei Focolari, en https://www.focolare.org/wp-