No pidiendo yo al triste que ponga buena cara y esté contento, que eso puede sonar ofensivo y hasta presuntuoso por mi parte. La alegría se contagia con amor humilde. Mejor servidores que profesores de la alegría. (Padre Manolo Morales o.s.a..)
Ya sea compartiendo las propias alegrías o brindando alegría a quienes nos rodean, la verdad es que cosechamos lo que sembramos.
La alegría trae consigo paz, bienestar e incluso salud.
Sin embargo, no se puede confundir alegría con euforia. La euforia embriaga y quita la lucidez, mientras que la alegría da serenidad y equilibrio.
Dar alegría a los demás es amar doblemente porque se regocija en cuerpo y espíritu.
Llevar alegría es amarse a uno mismo, porque como dice la canción de Vinícius de Moraes: "Es mejor estar alegre que estar triste, porque la alegría es lo mejor que existe, es como la luz del corazón".
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento