Descubrirlo, sí. Es una operación que necesito renovar cada día para que inteligencia y corazón no se me resequen en una vida árida e insípida. Dios me ama con un amor infinito, pero no diluido entre millones de seres, sino personal. A mí. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Descubrir el amor del Padre en nuestra vida diaria significa percibir las pequeñas y grandes manifestaciones del cuidado divino en nuestra vida.Cuando abrimos nuestro corazón para ver ese amor, comenzamos a vivir con mayor gratitud y confianza. A veces, el amor del Padre se revela en momentos de paz y alegría, otras como consuelo en los desafíos. Pero siempre está presente, guiándonos y sosteniéndonos.
Cuando necesitamos algo y de repente encontramos una solución inesperada, o cuando un amigo aparece con el consejo adecuado en el momento oportuno, o incluso una puerta que se abre cuando todo parecía terminado.
Muchas veces, Dios actúa a través de los demás para recordarnos que no estamos solos.
Su Providencia nunca nos falta y siempre llega en el momento oportuno.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento