Una excesiva preocupación por nosotros mismos crea seguramente aire viciado en nuestro interior. Lo saludable es ventilar, abrirnos. Entonces recordamos que vivir es peregrinar; que Dios nos quiere desasidos, avanzando, creciendo, confiados... (Padre Manolo Morales o.s.a.)
A menudo nos dejamos llevar por nuestras propias preocupaciones, desafíos y perspectivas, sin darnos cuenta de que hay todo un mundo a nuestro alrededor, lleno de historias, experiencias y emociones tan profundas como las nuestras.Cuando nos esforzamos por ver más allá de nuestro propio universo, abrimos espacio para una interacción genuina con los demás, aprendemos de sus experiencias y descubrimos nuevas formas de ver la vida.
La verdadera sabiduría reside en reconocer que no somos el centro del mundo, sino una pieza valiosa dentro de un vasto e interconectado mosaico humano.
Mirar más allá de nosotros mismos es un ejercicio de compasión que nos lleva a estar al lado de quien sufre, de quien necesita ayuda, de quien se siente solo. Significa salir de nuestra zona de confort para amar a todos sin distinción.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento