Él puede darnos valor y determinación en la lucha contra el mal, así como un amor fiel y profundo por el bien.
De Él proviene la libertad interior, la paz y un gozo inefable que nos eleva por encima de toda la inmundicia del mundo y nos permite experimentar un anticipo del cielo.» Chiara Lubich.
No solo de fuera, también de dentro nos llegan las voces que intentan desviarnos del propio bien. Para liberarnos de esas pasioncillas incómodas, es bueno repetirle a Dios que retome la guía de nuestros pasos: "Eres Tú, Señor, mi único bien". (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Lo que puede arrebatarme la libertad viene de dentro: los miedos, los deseos, la necesidad de aprobación de los demás, las adicciones. En resumen, todo lo que condiciona mis acciones.
La libertad interior nace cuando paso a elegir conscientemente cómo actuar; cuando acepto todo lo que no puedo cambiar y cuando busco transformar lo que depende de mí.
Cuando me siento libre interiormente, yo tengo paz incluso en medio del caos. Y mi comportamiento no depende de las expectativas del mundo.
La única dependencia que me hace aún más libre y me da paz es la dependencia de Dios, pues en Él encuentro la verdadera serenidad interior.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento