Las palabras nos servirán muchas veces para declararnos el afecto, para apoyarnos, consolarnos, animarnos... Pero bien sabemos que la verdad del amor y la amistad se comprueba en los hechos. Como la fe, que "sin obras, es una fe muerta". (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Las palabras tienen poder; pueden inspirar, consolar y guiar. Pero cuando no van acompañadas de acciones, pierden su fuerza y se vuelven vacías.El verdadero valor del testimonio está en los hechos, pues estos revelan quiénes somos realmente y en qué creemos.
Hablar es fácil; actuar exige coraje, coherencia y compromiso.
Es en los gestos concretos, en la paciencia, en la solidaridad, en la honestidad y en la perseverancia donde se manifiesta la verdad de las intenciones.
Más que palabras bonitas, el mundo necesita ejemplos. Que nuestras acciones hablen por nosotros y que nuestras palabras solo confirmen lo que ya se ve en nuestros actos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento