Que el deber de construir una sociedad justa, defender nuestras razones, no ser débiles o sumisos ante la injusticia, sea compatible con nuestra misión de difundir el espíritu del verdadero amor. Difícil, pero posible con la gracia de Dios. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Quien perdona alcanza el perdón. Sobre todo, de Dios, como lo rezamos en el Padre Nuestro.
El acto de perdonar es practicado ante todo en el corazón, pero es necesario hacerlo concretamente retomando la relación. A veces, decimos: Yo perdono, pero ya no quiero nada más con esa persona. Ahora, si no quiero relacionarme más con la persona es porque el resentimiento permanece. Es un perdón sin valor. ¿Alguna vez has pensado si Dios hiciera lo mismo con nosotros?
Si las escrituras nos enseñan que antes de rezar y antes de llevar nuestra ofrenda al altar, debemos perdonar, significa que esta es la condición para que nuestra oración sea atendida y nuestra ofrenda sea aceptada.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento