Para ayudarles a superar la sensación, casi inevitable, de sentirse desafortunados: un gravísimo error que nos toca combatir. Sería vernos como piezas de una máquina, amables solo si producen y son útiles. Pero ¿será esa toda nuestra dignidad? (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Un amigo, un familiar o incluso visitar la sala de un hospital, donde puede haber alguien que se siente solo, que no recibe visitas.
Una visita a un enfermo puede servir de estímulo, de consuelo, de muestra de afecto.
Reconocer el rostro de Jesús en alguien que está enfermo o que sufre por algún otro motivo, es un gesto de amor sublime.
Es una obra de misericordia realizada con amor puro.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento