Con ese buen instinto Dios nos ha dotado a todos: "hechos para el don", felices de poder dar y recibir, cada uno en su medida y circunstancias; nuestros bienes "marcados" por su finalidad social y el espíritu de pobreza. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Se decía de las primeras comunidades cristianas: "Mira cómo se aman. Tienen todo en común y no hay pobres entre ellos".
Al leer esta frase podemos pensar que para ser cristianos estamos obligados a dar lo que tenemos. Si prestamos atención, la frase comienza con "Mira cómo se aman". El amor es lo que lleva a compartir, una obligación no genera compartir.
La comunión de bienes sólo tiene valor ante Dios si es libre y espontánea.
Por eso, compartir sí, pero movidos por el amor, que nos lleva a compartir nuestros recursos materiales y espirituales.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento