Un amor que, por ser luz, vivido en humildad, con el mismo ejercicio se va purificando y perfeccionando. Porque a amar se aprende. Es el aprendizaje más importante de la vida, que nos hace ser eficientes hijos de Dios. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Un gesto de amor siempre será un gesto de amor delante de Dios. Y podría considerarse suficiente para nuestra redención si su motivación fuera la fe en Jesús y en su amor.
Al igual que los "trabajadores de la última hora" (cf. Mt 20, 1-16), tendremos justo reconocimiento de las cosas más pequeñas que hagamos por amor.
Tratemos de hacer todo con amor y dejaremos un rastro de luz detrás de nosotros.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento