Eso exigirá vivir sin separarse de la fuente, donde brota el Amor profundo, y ayudarnos a permanecer ahí. Porque la tristeza, el dolor, la frialdad... que invade el mundo, no se vencen con otras alegrías superficiales. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Nuestra alegría nace del Evangelio, de la certeza de la salvación y de la fe en la resurrección.
Jesús resucitado es el sol de la alegría. Y nosotros podemos llevar su luz a todos.
Nuestra alegría es viva, ha vencido a la muerte. El evento de la resurrección se repite en nuestra vida diaria. En cada dolor podemos ver la muerte y en cada muerte la resurrección. Por eso la alegría reina en nuestro corazón y podemos llevarla a todas partes.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento