El mejor momento para escuchar no puede ser definido por un reloj, sino por la sensibilidad del momento. Escuchar va más allá de simplemente escuchar palabras; significa comprender emociones, captar significados y ofrecer una presencia verdadera.
A menudo estamos tan concentrados en lo que queremos decir que olvidamos darle al otro el espacio que necesita para expresarse.
En algunas situaciones, el silencio es más poderoso que cualquier respuesta. Dar espacio para pausas y reflexiones ayuda a evitar interrupciones precipitadas y permite que las palabras lleguen con más profundidad.
Cuando alguien busca apoyo, comprensión o simplemente una compañía, es el momento ideal para escuchar sin juzgar ni apresurarse.
Si hay un momento adecuado para la escucha, quizás sea cuando podemos estar plenamente presentes, sin distracciones, sin ansiedad por el siguiente turno de palabra, simplemente aceptando lo que el otro aporta. Haciéndose uno con él y amándolo como desea ser amado: escuchando.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
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