«Todo el que se humilla será ensalzado».
«Estas palabras reflejan con precisión la situación de quienes aceptan la salvación de Dios con un corazón abierto. Son humildes y saben que no pueden jactarse de nada, porque todo viene de Dios. Este es el sentimiento que llena el corazón del hijo pródigo que regresa al Padre, o del publicano, que no era como el fariseo que se cree justo. En cambio, permanece en la parte trasera del templo, golpeándose el pecho, implorando misericordia a Dios».
Chiara Lubich
Es una tarea de todos los días. Sin apenas darnos cuenta, llega la antipatía, nos cae mal esa persona, no nos encaja su manera de pensar y proceder, y el corazón se cierra. Abrirlo de nuevo es volver a empezar. Somos así. Basta reconocerlo. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Un corazón abierto no juzga con dureza, sino que busca comprender lo que sucede dentro de cada persona. Sabe que todos estamos en evolución y que cada uno lleva consigo sus propias luchas, heridas y defectos. Por eso, actúa con misericordia, no con condenación.
Esta apertura nos hace más humanos y nos acerca al amor de Dios, un amor que nunca se cierra, que siempre acoge, que nunca se rinde.
Tener un corazón abierto significa dejar que el amor fluya libremente; es estar disponible para ser un canal de paz, un instrumento de reconciliación, un signo de esperanza.
Dios habita en un corazón abierto y, a través de él, realiza milagros silenciosos de amor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Entrada principal
PALABRA DE VIDA SEPTIEMBRE 2025. "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido" (Lc 15, 6)
En el Antiguo Testamento, los pastores contaban las ovejas al volver de los campos, dispuestos a buscar a la que se hubiese perdido. Incluso...
-
Ha sido un persona con una ternura especial... una persona que amaba...una persona que deja una huella que no se borrará jamás para los qu...
-
EL GEN ROSSO - INTERNATIONAL PERFORMING ARTS GROUP nace en 1966 en Loppiano, una pequeña localidad en las colinas toscanas, cerca de Flore...
-
Oración de Chiara Lubich: Te quiero no porque he aprendido a decírtelo, no porque el corazón me sugiera esta palabra, tampoco porque la fe m...