Miedo solo a ofender a Dios o a traicionar mis principios y mi conciencia. ¿Pero qué mal hago yo escuchando, amando y acogiendo a quien tiene ideas o creencias distintas de las mías? ¿No aprenderemos siempre algo unos de otros? (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Acoger sin miedo significa abrir los brazos y el corazón al otro, sin imponer condiciones, sin esperar perfección, sin temer lo que es diferente.El miedo a menudo nos hace construir muros inexistentes: miedo al juicio, al dolor, a la decepción, a lo que no entendemos. Pero el amor verdadero nos invita a derribar estas barreras, a dar espacio a la gracia de Dios para que obre en nosotros, incluso cuando nos sentimos inseguros.
Jesús acogió a los impuros, perdonó a los pecadores y se acercó a los olvidados. Su ejemplo nos muestra que acoger es confiar en el poder transformador del amor, que no limita, sino que invita; que no oprime, sino que libera.
Acoger sin miedo es confiar en que cuando hacemos espacio en nuestro corazón, Dios también entra. Y con Él, todo se renueva.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento