El amor ilumina nuestras acciones, nuestras decisiones y nuestros pensamientos.
Esto significa que el amor puede estar en la intención de todas nuestras acciones.
En los momentos que exigen un discernimiento, el amor abre un abanico de opciones positivas. Y todas llevan al bien.
Con serenidad y seguridad, podemos discernir la forma más directa de hacer todo en su tiempo y lugar.
Con humildad, podemos recibir ayuda para discernir cuáles son las prioridades.
Al final de todo, concluiremos que el amor nos llevó a discernir cuál es la voluntad de Dios en el momento presente.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Nos toca decidir cada día personalmente, responsablemente. Asuntos grandes y también pequeños. ¡Ojalá en todo entreveamos siempre el proyecto de Dios, su paciencia, sus tiempos! Calmar las ansiedades, orar, consultar. (P.M.)