Las que se nos piden y, tal vez, las que no se nos piden y hemos de adivinar. ¡Son tan distintas nuestras sensibilidades! Comprenderlo nos hace más fuertes, y el amor que ofrecemos no reclamará, sino que se adelantará con la misericordia. (Padre Manolo Morales o.s.a)
Las ofensas recibidas causan heridas en nuestra alma, que solamente el perdón puede sanar.
Las cicatrices que quedan deben ser el recuerdo de las disculpas aceptadas y no de las ofensas recibidas.
Cuando aprendemos a perdonar significa que comenzamos a comprender el amor enseñado por Jesús. Amor que va más allá de las enemistades, de las preferencias y de los méritos. Es un amor ilimitado, sin fronteras.
La prueba de que realmente entendemos y practicamos este amor es cuando sabemos aceptar las disculpas como un pedido de perdón sincero.
Quien ama perdona. Y quien perdona es amado por Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento