Es venenosa y contagiosa la violencia. Que Dios nos ayude a vencerla y a desintoxicarnos; que nos ha enviado Él a este mundo como "corderos en medio de lobos", y a pedirle perdón solo después de haber nosotros perdonado. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El perdón vence a la violencia porque primero construye la paz dentro de nosotros, en nuestro corazón.
De este modo, el rencor y el odio son eliminados y, consecuentemente, también la violencia.
Cuando conocemos el amor de Dios, el concepto de justicia adquiere un nuevo significado. Justicia y misericordia se complementan. Es el amor misericordioso de Dios que nos enseña a perdonar y a eliminar la violencia de nuestro medio.
Donde hay perdón hay paz; donde hay paz hay armonía; donde hay armonía hay mansedumbre y humildad y la violencia es vencida.
“Aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón” (Mt. 11,29)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento