"Mirad cómo se aman", decía la gente de los primeros cristianos. La unidad -en un matrimonio, una familia, un grupo- no es un hecho solo espiritual, es algo que se ve, que atrae, convence y conquista. Seguimos rezando. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
La unidad, por tanto, es un don que sólo Dios puede darnos y debemos pedirla. Después, hacer nuestra parte para que ella exista entre nosotros.
Sólo el amor puede sugerirnos qué hacer, porque en él reside el principio de la unidad, es a través de él que alcanzamos el ágape, vínculo de amor perfecto.
Pero no veamos esto como algo inalcanzable. Los pequeños gestos equivalen a los grandes, lo importante es que todo nuestro ser esté ahí.
Vivamos y oremos con palabras y obras, para que la unidad entre los cristianos sea una realidad cada vez más visible y el mundo crea.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento