No necesitará siempre nuestro prójimo que le ofrezcamos nuestra casa material, pero siempre tendrá necesidad de amor. La amabilidad con que nos acogemos mutuamente, es el calor de hogar que va cambiando el mundo. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
En Mateo 25, del 31 al 46, Jesús explica cómo será el juicio final. No será un juicio frío, ya que Él juzgará nuestras actitudes en la vida. Es decir, cómo nosotros acogemos a nuestros hermanos y hermanas.
La hospitalidad es una de estas actitudes. ¿Cómo la estamos viviendo en el trato a las personas que encontramos?
No significa solamente recibir a alguien a nuestra casa. Significa la acogida ofrecida a todas las personas; significa lo mucho que nos sensibilizamos y, de alguna manera, tratamos de ayudar a los refugiados, las víctimas de catástrofes naturales, niños y personas mayores en situación de vulnerabilidad social.
Al final de cada día podemos hacer este juicio y Jesús nos dirá: "Tú me lo hiciste a mí".
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento