No es bueno, ni lo quiere Dios, que nos volvamos indiferentes ante lo que ocurre en el mundo. Somos una partecilla minúscula, sí, de un todo, pero ese "Todo es nuestro": nos pertenece a todos vivirlo, sufrirlo, rezarlo... (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cada una de mis acciones tiene una influencia en lo colectivo. Este hecho me hace responsable de los demás por lo que puedo causar de positivo o negativo a las otras personas.
En el sentido espiritual, adquiere un significado mucho más profundo. Soy responsable de guiar a los demás a hacer el bien, dando testimonio con mi ejemplo. Nos convertimos en hermanos y hermanas que caminamos juntos por el camino del bien.
Mi responsabilidad es aún mayor porque puedo asumir, por así decirlo, una paternidad espiritual, sintiéndome responsable del crecimiento y progreso espiritual de cada persona que convive conmigo.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento